La nueva polémica entre las dos viejas y poderosas facciones del mismo poder partitocrático -PP y PSOE- gira en torno a la decisión del gobierno de hacer "independiente" al Consejo General del Poder Judicial, elegido hasta ahora por los partidos políticos.
Tras estos últimos años ha resultado muy obvio que hay en el poder judicial no una "politización" sino una dependencia directa de la partitocracia, dos cosas que no deben confundirse. Este es el verdadero problema, y es justo hacia donde ninguno de los dos grandes partidos quiere señalar. Hoy en día cualquier español que no haya vivido bajo tierra en los últimos años sabe eso de que en el CGPJ hay jueces del PP y del PSOE, así como sucede algo parecido en el Tribunal Constitucional, o en las juntas electorales.
(viñeta de Vergara)
La solución no es la que plantea el PP. No se trata de que un poder judicial endogámico y alejado de la realidad social sea quien elige al CGPJ. Esto no va a hacer desaparecer la politización, es un espejismo ideológico: Los jueces seguirán teniendo su ideología y sus ideas sobre cómo ha de aplicarse y/o interpretarse la ley. Esconder la dimensión política del poder judicial no va a construir más que una pantalla ilusoria de independencia.
La solución tampoco es la que plantea el PSOE. La elección de los cargos judiciales que pasa a través del poder legislativo no hace más que poner a los jueces en manos de la partitocracia. En teoría hablamos de la separación de los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, pero en España es el poder legislativo en manos de los partidos quien elige al presidente y a los cargos judiciales, rompiendo la supuesta independencia de poderes y alejando la democracia del pueblo.
¿Y si en lugar de todo esto, fueran los ciudadanos quienes votaran los mecanismos de gobierno del poder judicial, así como cargos como el fiscal general del estado o el defensor del pueblo, con candidaturas ajenas al sistema estándar de partidos políticos y con leyes estrictas que asegurasen la separación de tales poderes, incompatibilizando la labor del juez con cualquier dimensión política de partido?
Pero tal cosa significaría dar más poder a los ciudadanos y arrebatarlo a las organizaciones monolíticas que aglutinan todo el poder en España, que son los partidos políticos; así que raro será que veamos este tipo de medidas tan siquiera planteadas en un medio de comunicación de masas, ya sea uno adscrito al PP, o ya sea uno adscrito al PSOE.
Muy buena reflexión, pero en la mayoría de las democracias avanzadas, son los propios jueces quienes eligen a los grandes cargos de la justicia o, en su defecto, quienes proponen los candidatos antes de ser votados.
ResponderEliminarHay que tener en cuenta que para ejercer bien la justicia es necesario conocerla a fondo, la democracia no se puede permitir un jefe del tribunal supremo que caiga muy bien al electorado pero que desconozca las leyes del país.
El paso que ha dado el PP va hacia ese sentido y bien está que así sea (no, no es ni de lejos la peor idea que ha tenido el PP). Sin embargo, el problema que subyace es que sigue vigente "el otro" mecanismo de control partitocrático que son las asociaciones de jueces, explícitamente prohibidas por la constitución pero que aquí se saltan a la torera. Un juez no debería ser "conservador" ni "progresista", ni si quiera debería ser "del pueblo", si no, simplemente, lo más imparcial posible.
Aún así, creo que esta medida va en el buen camino: los jueces a su aire y cuanto más lejos lejos de los políticos, mejor. Otra cosa es que el PPSOE no vaya a renunciar nunca a un control más o menos directo de la justicia, para desgracia de todos, pero... todo se andará (espero!).
Pues yo no sé a qué temo más, a unos jueces que tengan que rendir cuentas ante el poder político, o a unos jueces que no tengan que hacerlo. Al fin y al cabo a los políticos los elegimos nosotros; a los jueces, no. Y si el haber cursado una carrera y haber aprobado unas oposiciones fueran garantía de algo... Pero va a ser que no. Anda que no hay en circulación jueces retrógrados, mucho más propios de otros tiempos felizmente ¿superados?
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