martes, 5 de noviembre de 2019

Slavoj Zizek: "El sistema en punto muerto: Joker diagnostica artísticamente los males del mundo moderno"


traducido del original de Slavoj Zizek para RT
https://www.rt.com/news/472541-joker-movie-horror-violence-zizek/





La vida diaria se ha convertido en cine de horror

Deberíamos felicitar a Hollywood y a los espectadores en dos sentidos: Que haya aparecido una película que, asumámoslo, muestra una imagen muy oscura sobre un capitalismo altamente desarrollado, una imagen de pesadilla que llevó a algunos críticos a designarla como “una película de horror social”. Habitualmente tenemos por un lado películas de corte social que representan problemas sociales, y por otro las películas del género de horror. Unir estos dos géneros solo es posible cuando mucho de lo que sucede en nuestra vida social normal se convierte en fenómenos propios de una película de horror.

Es incluso más interesante ver cómo las reacciones a la película proporcionan todo un espectro de cohesiones políticas en EEUU. Por un lado, los conservadores temían que esta película incitara a la violencia. Era una afirmación absurda. No surgió violencia, al contrario, la película representa la violencia y te despierta al riesgo de que surja.

Como siempre sucede, algunas personas políticamente correctas temían que la película utilizara clichés racistas y festejara la violencia. Esto también es injusto. Una de las posturas más interesantes fue la de Michael Moore, documentalista de izquierdas, que felicitó a la película como una representación honesta de la realidad de los pobres, los excluídos que no están cubiertos por la sanidad en EEUU.

Su idea es que la película explica cómo pueden surgir figuras como Joker. Es una descripción crítica de la realidad en EEUU, que puede dar lugar a gente como Joker. Estoy de acuerdo con él, pero querría ir un poco más allá.


‘El punto muerto del nihilismo’

Creo que lo importante es que la figura del Joker al final, cuando se identifica con su máscara, es una figura de nihilismo extremo. Es violencia autodestructiva y una risa maníaca ante la desesperación de otros. No hay un proyecto político positivo.

La manera en la que deberíamos interpretar ‘Joker’, es que es lo bastante sabia para abstenerse de darnos una imagen positiva. Una crítica izquierdista de ‘Joker’ podría haber sido: “Sí, es un buen retrato de la realidad en los suburbios pobres de EEUU pero, ¿dónde está la fuerza positiva? ¿Dónde están los demócratas socialistas, dónde está la gente normal organizándose?”. De haber sido así, hubiéramos tenido una película totalmente distinta y bastante aburrida.

La lógica de esta película es que es que deja esta labor a los espectadores. Muestra una triste realidad social y un punto muerto en la reacción nihilista. Al final, el Joker no es libre. Solo es libre en el sentido de haber llegado a un punto de absoluto nihilismo.

Consideré la figura de Joker como una posición parecida a Kazimir Malevich, el avangardista ruso, en su famoso cuadro del Cuadrado Negro. Es una especie de protesta mínima, una reducción a nada. El Joker simplemente se burla de toda autoridad. Es destructivo pero carece de un proyecto positivo. Es un camino de desespración que tenemos que atravesar.

No basta con jugar al juego de los están en el poder. Este es el mensaje de ‘Joker’. El hecho de que pudiera tratarse de un poder caritativo como el padre de Bruce Wayne en su última película es parte de juego. Hay que acabar con todas esas estupideces progresistas que ocultan lo desesperado de la situación.

Aun así, no es el paso final sino un nivel cero, quitar las cosas despejando la mesa, creando un espacio para algo nuevo. Así es como veo esta película. No es una visión final decadente. Tenemos que atravesar este infierno. Ahora bien, depende de nosotros ir más allá.


Despertador social

El peligro de reducirse a explicar el trasfondo sería proporcionar una especie de explicación racional para entender la figura del Joker. Pero el Joker no necesita esto. Joker es una persona en cierto modo creativa. El momento crucial en la película para su cambio subjetivo está en cuando dice: “Solía pensar que mi vida era una tragedia. Pero ahora me doy cuenta, es una comedia”.

Comedia significa para mí que en ese punto se acepta a sí mismo en toda su desesperanza como una figura cómica y se libera de los últimos límites del viejo mundo. Esto es lo que él hace por nosotros. No es una figura a imitar. Es erróneo pensar que lo que vemos hacia el final de la película -el Joker festejado por otros- es el comienzo de algún nuevo movimiento emancipatorio. No, es un punto muerto definitivo del sistema existente; una sociedad que se dirige hacia su autodestrucción.

La elegancia de la película es que nos deja a nosotros el paso siguiente de construir una alternativa positiva. Es una imagen nihilista oscura cuyo objetivo es despertarnos.


¿Estamos preparados para afrontar la realidad?

Los izquierdistas inquietados por el ‘Joker’ son los ‘izquierdistas Fukuyama’; aquellos que piensan que el orden democrático liberal es el mejor orden posible y que tan solo tenemos que hacerlo más tolerante. En este sentido, todo el mundo hoy es socialista. Bill Gates dice que está a favor del socialismo, Mark Zuckerberg dice que está a favor del socialismo.

La lección de ‘Joker’ es que se necesita un cambio más radical. Que esto no es suficiente. Y eso es lo que estos izquierdistas demócratas no entienden. La insatisfacción que crece hoy en día es realmente seria. El sistema no puede gestionarla mediante reformas graduales, con más tolerancia o con una sanidad mejor.

Esto son señales de la necesidad de un cambio más radical.

El verdadero problema es si estamos preparados para experimentar realmente lo desesperado de nuestra situación. Como el propio Joker dice en cierto punto en la película, “Me río porque no tengo nada que perder, no soy nadie”.

Hay también un inteligente juego de nombres aquí. El apellido real de Joker es Fleck. En alemán, fleck es una mancha, una mancha sin sentido. Es como una anamorfosis. Debemos mirar las cosas de otra manera para ver una nueva perspectiva.

No confío en todos esos críticos izquierdistas que tienen miedo de su potencial. Como dijo muy agradablemente Moore, tienes miedo de esta violencia pero no de la violencia en nuestra vida diaria. Quedar conmocionado por la violencia representada en la película es solo una huída de la verdadera violencia.

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